“Mujer precavida vale por dos”, dice Catherine Moposita, de 19 años, mientras espera sentada sobre un baúl lleno con ropa e implementos de aseo. “Estoy lista para que me escojan”, cuenta la joven oriunda de Sucumbíos.
Decenas de mujeres forman, la tarde de este viernes 3 de agosto del 2018, una larga fila afuera del Fuerte Militar Marco Aurelio Subía, ubicado en El Pintado, en el sur de Quito.
Las jóvenes, que están acompañadas de sus madres, hermanos y padres, esperan ser favorecidas con alguno de los 199 cupos que el Ministerio de Defensa abrió para mujeres en el proceso de acuartelamiento, que se realizará el sábado 4 de agosto del 2018.
“Yo siempre he querido ser militar. No tengo miedo de lanzarme con paracaídas ni los insectos de la selva ni el frío ni nada”, cuenta entusiasta Carmen Anabel Japa, quien aguarda desde las 05:30 afuera del cuartel.
El pasado 20 de marzo, el Ministerio de Defensa dispuso, por primera vez en la historia, la incorporación de personal femenino al Servicio Cívico Militar voluntario. Según el Ministerio, se trata de un plan piloto, que se ha centralizado por esta ocasión en Quito, Guayaquil, Cuenca y Manta.
El tiempo de capacitación y formación militar será de un año tanto para hombres como para mujeres. En esta ocasión las Fuerzas Armadas recibirán 4 801 varones. Luego del año, los conscriptos tendrán licencia temporal de cinco años como parte de las reservas de Fuerzas Armadas.